El PSOE está inquieto. Susana Díaz pareciera ser la única que podría descorchar el champán tras la debacle del 19-J. Hay aire de fin de ciclo y eso se respira en las agrupaciones y federaciones socialistas. La segura victoria del PP en Andalucía y unos demoledores resultados que alcanzará VOX, marcará la agenda de los partidos de cara a las Generales en 2023.

En esas elecciones ya hay quienes apuntan a un empate técnico entre PSOE, PP y VOX. Esto dejaría en manos de Feijóo la opción de gobernar con la abstención del PSOE o formando gobierno con VOX.

Ahora Sánchez solo piensa en pavonearse en el segundo semestre de 2023 en la presidencia española del Consejo de Europa. Porque Sánchez sabe que en España ya es un cadáver político y mira a Europa para buscarse allí otra nueva 'Moncloa'. Un lugar en el que pueda asentarse en un nuevo cargo con los privilegios que le pueda permitir seguir tirando de coche oficial y ‘falcones’.

Sabe que proetarras y golpsitas seguirán chantajeándole, si bien no les dejarán caer. La imagen de Sánchez y la pérdida de apoyos está muy relacionada con el coqueteo que hace con estos partidos nada simpáticos en el resto de España. Sabe Bildu y ERC que cuando haya un cambio de Gobierno se acabó su fiesta. Pero hay más en su incapcidad para seguir gobernado.

El caos económico, la subida desbocada de los precios, el aumento de la deuda publica y el déficit...A lo que hay que unir que en la Casa Real, en el CNI y en las Fuerzas de Seguridad del Estado ya no se fian de Sánchez tras desvelar el caso de espionaje. Son miles de razones las que están llevando a Sánchez al final de su ciclo español en política.

Como en la mente de este sociópata cabe todo, uno puede introducirse en ella y ver como daría la opción de gobernar a Feijóo con una simple abstención, rompiendo de esa manera la opción de un gobierno PP-VOX. Todo ello no sería gratis, sino a cambio de un buen puesto en Europa.

Pero siempre teniendo en cuenta que Sánchez hará siempre lo mejor para él y no lo mejor para España.